11 de septiembre de 2010

Los vientos de la Selva soplaron fuerte el Sábado 11/09...

      Los vientos de la Selva donde habita la Manada Waingunga habían dado señales de buenas nuevas desde hace algún tiempo. Durante las semanas anteriores se intensificaron las señales con el viento trayendo aromas especiales. Y por si cabían dudas el Sábado amaneció con lluvia, señal de abundancia en la Selva.
   

 Akela, desde lo alto de la Roca llamó con firmeza a los cachorros que, traídos por sus familias, querían ingresar a la Manada. Con cierta timidez  al principio y con ayuda de Raksha los cachorros respondieron las preguntas de Akela con precisión.    


 Pero la risa lejana de un oculto Tabaqui ante cada respuesta de los pata tiernas hizo sospechar a los lobos de que en los alrededores también estaba el Rayado. Su interrupción no se hizo esperar. Presentándose vanidosamente como el Rey de la Selva, Shere Khan quiso intimidar a los cachorros afirmando que no estaban preparados para ingresar. Mamá loba y los cachorros aceptaron las preguntas del rayado porque estaban seguros de haber aprendido lo necesario. Así fue como los cachorros respondieron con seguridad ante cada prueba del tigre.


   El enojo se le veía en la mirada y jactándose de conocer la Ley de la Selva (aunque no la cumplía) les recordó a todos que todavía faltaba que dos Viejos Lobos se hagan cargo de instruir a los cachorros. El Maestro de la Ley, Baloo, se comprometió a enseñarles todo lo que sabía. Del mismo modo, Bagheera, apareciendo de la nada, asumió la responsabilidad de ayudar a Baloo en la educación de los cachorros.


  
Jose Luis


Furioso, por no haber cumplido su malvado objetivo, el tigre se retiró.  


  Con el permiso de sus padres y la bendición de Dios los cachorros fueron pasando uno a uno a formular su promesa. Toda la selva se silenciaba cada vez que un cachorro se comprometía enfrente de todos a ser Siempre Mejor y a cumplir la Ley de la Manada.


Lisandro


Joel
Ulises

Carlos

Luca
   


  































































Gonzalo, Jose Luis, Lisandro, Ulises, Joel, Carlos y Luca fueron investidos por sus padres y sus Viejos Lobos con el pañuelo y las insignias. Luego colgaron sus cintas en el Tótem de la Manada como demostración de su compromiso.



   


    Pero la Selva todavía tenía guardada otra noticia. Uno de sus integrantes estaba listo para pensar y valerse por si mismo, estaba listo para cumplir el Código de los Caballeros. Así fue como Angel se despidió de sus compañeros, emprendió su camino de exploración y aventura y fue recibido por la patrulla Búfalos de la Unidad Scout Ceferino Arce.

  Para finalizar Akela llamó a la manada a realizar el Gran Aullido en honor a los nuevos lobatos y a Angel.



1 comentarios:

Viviana dijo...

Logre leerlo y contener las lagrimas!
Es una alegria ver como estos patas tiernas van creciendo... van llegando a estas metas que por ser niños no son menos importantes, gracias a estos viejos lobos que los guian y de nuestro Dios Padre.

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